Al arte suele antecederle una reputación de incomprensión, estas es una de las principales razones por las cuales el trabajo de un artista es desvalorado por muchas personas; los artistas, entonces, se esfuerzan por ganar el respeto y valoración de su labor.
Yo creía que esto era una etapa superada y que de nuestra sociedad actual emanaba incluso cierta reverencia a la obra del artista, aunque el artista aun lidiase con difíciles problemas por resolver, al menos la reputación del arte estaba a salvo en la opinión general y en las instituciones mas prestigiosas de nuestra sociedad.
Que un individuo elegido en la multitud al azar muestre indiferencia o desgana al arte no es una sorpresa, lo que si sorprende y nos lleva al caricaturesco ¡plop! condoritiano es encontrarse con instituciones y empresas tan prestigiosas como el grupo epm ofertando concursos para el artista cuyo premio es la exhibición de la obra, esto y tan solo esto, como si fuera el compromiso mas grande.
Gente de epm, esto no es siquiera una promesa sino una ilusión para que la obra algún día encuentre un comprador. El ganador del primer premio tendrá una ilusionsota de seis meses, el del segundo una ilusión de cuatro meses y el tercero una ilusionsita de dos meses ¡plop!¡plop!¡plop!
Las bellas artes y las artes aplicadas aun no califican para merecer respeto y seriedad, a pesar de ser una de las cualidades mas originales y valiosas del ser humano la obra y su creador son vistos con la gracia que se aprecia a un niño jugando con crayones y el galardón para esta dulzura es su hoja pegada en la puerta de la nevera.
El comienzo de muchos males de nuestra sociedad es la necesidad absurda que tiene la humanidad de sentirse prolífero y capacitado en muchos saberes, los cuales parten de procesos creativos y virtudes que no todos poseen. Amigo: te apoyo y te apoyaré infinitamente en la lucha para hacer respetar una de las ciencias proyectuales que mas ha sufrido la incomprensión y la injusticia de las sociedades modernas: el arte.
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